Merydeis
La inspiración creativa
Alberto Labad, Director de arte de Merydeis. a 30 de Diciembre de 2020
Lamento decirlo, pero no: las ideas no surgen en la ducha. Yo creo que no he tenido jamás una idea aprovechable que haya surgido en la ducha, de hecho. En el metro, en contra de lo que muchas veces se dice, tampoco se oyen conversaciones que sirvan de inspiración para el trabajo de creativo y es muy raro ir a un concierto y ver una camiseta que te de la llave para resolver tu campaña. Muy raro.
Los creativos de publicidad no nos pasamos el día esperando tropezarnos como de casualidad con la inspiración, ni nos quedamos en trance intentando sintonizar con la frecuencia de las musas, esperando a que venga un aire y se manifieste ante ti la idea como una epifanía. Qué más quisiéramos.
Los creativos sabemos que la inspiración es impredecible. Cuando hay suerte se presenta sin avisar y ese día todo va como la seda, pero lo más normal es que se haga de rogar hasta el punto de que haya que obligarla, cogerla de la oreja y traerla a la fuerza; a veces con mucho esfuerzo.
Es aquí donde viene como anillo al dedo aquella frase que se atribuye a Picasso y que decía que la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando. Es una frase que hago mía porque en realidad no conozco otra fórmula. Cuando uno tiene la mente en blanco hay que sumergirse en el trabajo cuanto antes, arrancar, empezar poco a poco a dar los primero pasos, escarbar, buscar y seguir buscando hasta que encuentras un camino a seguir e ir avanzando y trabajando hasta llegar a donde quieres llegar.
En ese proceso de búsqueda cada maestrillo tiene su librillo, por supuesto, aunque casi todos coincidimos en que hay que liberar la mente y no desechar nada, no hay que tener miedo a equivocarse, hay que observar, cambiar de perspectiva, ver las cosas con otro ángulo, ponerte en la piel de otra persona, también investigar, buscar referencias, estudiar a la competencia… Y luego hay que apostar, tomar decisiones y defenderlas, analizarlas, buscarle los puntos débiles y pulir la idea para que verdaderamente sea la solución al problema y que además esa solución sea, a ser posible, novedosa.
Pero antes de todo eso hay que vivir. Porque las ideas, con esfuerzo mayor o menor surgen a partir de las experiencias del creativo. Hay que tener cuantas más experiencias mejor, porque servirán de investigación de fondo para toda la creatividad que vayas a desarrollar. Hay que ver mucho cine, escuchar mucha música, estudiar, ser muy curioso, leer, viajar, relacionarse con la gente, ir a muchas fiestas, tener muchos oficios y, lo más importante de todo, ducharse mucho, ir mucho en metro atento a las conversaciones de los demás y asistir a cuantos más conciertos mejor, por si aparece esa camiseta que te resuelve la campaña.
